Howlin' Dogs: "Nuestro sonido tiene varias personalidades y estados de ánimo"


Texto: Carlos Molina.

Ojo, mucho ojo, al discazo que se han currado los catalanes Howlin´Dogs. Un disco homónimo y conceptual que supone su debut (quién lo diría, dado lo excelso de su ejecución) y en el que tratan el conflicto vivido en EE.UU. entre la comunidad afroamericana y la blanca. Hablamos de él con Enric Teruel, guitarrista y fundador del grupo.


Antes de tratar vuestro debut en sí, centrémonos un momento en la banda. ¿Cuándo y cómo surge Howlin´ Dogs? ¿En qué otras bandas habéis militado (y militáis si aún lo hacéis)?

En 2014 empecé a sumergirme en las grabaciones de A.Lomax, y empecé a cantar esas canciones acompañándolas con la guitarra. Las grabé y añadí arreglos, entonces me plantee montar una banda para llevarlo a la vida real, y así fue.

Hay una buena lista de bandas de la que forman parte los integrantes de Howlin': Grateful Blues, Xebi SF, Bigblack Rhino, Smoking Bambino que tiene sus discazos en solitario, The dirty club, y me dejo un montón seguro.

"Howlin´Dogs" es vuestro primer y homónimo LP pero, ¿contáis con alguna demo o EP previos? ¿Cuántos bolos acumuláis aproximadamente hasta la fecha?

En 2015 publicamos un EP con 5 canciones y poquísimo presupuesto.

Nuestra primera aparición en directo fue precisamente en la presentación del EP dentro del Black Music Festival de Girona. Hemos dado pocos conciertos, entre 15 o 20 desde entonces, pasamos un buen año preparando este disco y espero que ahora hagamos muchos bolos más.

Lo cierto es que para vuestro estreno discográfico habéis optado por toda una experiencia. Hacer un disco conceptual que aborda el conflicto vivido durante tanto tiempo en los Estados Unidos entre la comunidad afroamericana y la blanca de procedencia europea. ¿Cómo surgió la idea de orientar el primer disco hacia este terreno?

Es un conflicto comparable a cualquier otro donde un colectivo humilde y de clase trabajadora es menospreciado, ninguneado y controlado por otro estamento más poderoso o que se cree superior por alguna bobada. Eso ha pasado y sigue pasando en nuestro país y en todas partes, la desigualdad. Nos pareció que estos textos tienen mucha vigencia todavía y es una buena manera de hablar de ello.

¿Cuánto tiempo habéis dedicado a investigar este campo?

Estamos trabajando en esto desde 2014 y seguimos haciéndolo ahora. Hay mucho por aprender y por descubrir, es divertido.

Muy importantes han sido para edificar el álbum las investigaciones y grabaciones de John y Alan Lomax, dos etnomusicólogos. ¿Podéis contarnos algo de su trabajo y cómo os inspiró?

Los Lomax confeccionaron un catálogo de músicas tradicionales a base de viajar por todo el mundo capturando el folclore de allí donde iban. Y el resultado es una extensa discoteca donde está la esencia de cada pueblo al que visitaron, documentada, transcrita y catalogada. En resumen, una obra de arte hecha de obras de arte que podría inspirar a cualquiera.

¿Ha habido algún álbum conceptual de temática similar (o no) que hayáis tenido como "disco de cabecera" a la hora de afrontar éste?

No sé si es conceptual o no, pero un ejemplo cercano seria los American Recordings de Cash, discazos todos y cada uno de ellos. Robert Plan y Alisson Krauss hicieron un disco producido por T-Bone Brunett donde rescataban algunos temas clásicos del country y los arreglaban de una manera maravillosa. Creo que este disco, “Raising Sand”, fue el motivo por el que miramos hacia la música americana con otros ojos.


También os habéis encargado vosotros mismos de la producción. ¿Os ha dado muchos quebraderos de cabeza este campo, o la labor ha resultado más sencilla de lo previsto?

Teníamos una idea muy clara de cómo queríamos que sonara y nos aventuramos a ello. Hemos disfrutado como chiquillos en el estudio creando el disco y más que un quebradero de cabeza ha sido todo un placer. Evidentemente nos queda camino por recorrer y estoy seguro que mejoraremos el resultado en el futuro, aunque estamos muy orgullosos del trabajo que hemos hecho con este disco.

Un disco muy trabajado en arquitecturas y sonidos, con un poso muy americano, evidentemente, con temas más crudos ('Har Road', 'O'Berta' de impresionante juego de guitarras y atmósfera) o rotundos (esa apertura con el 'Worksong' de Nina Simone, esa blusera 'Long John' con reminiscencias de The Doors, una 'Woah Buck' destinada a ser uno de los momentos de vuestros directos) y otros embargados de un aire más melancólico y reposado (la hermosa 'Poor Boy', 'Go`way devil', con afilada guitarra, 'Sail on'). ¿Qué tarjeta de presentación haríais de vuestra música, y de este sonido?

El sonido de Howlin'Dogs tiene varias personalidades y estados de ánimo, como cualquiera de nosotros. Como decís: crudeza, melancolía, rotundidad, reposos... los contrastes y contradicciones de los que estamos hechos.

Un sonido clásico que habéis traído hasta 2016, haciéndolo contemporáneo pero manteniendo bien visibles sus señas de identidad. ¿Os ha resultado complicado lograr ese equilibrio entre clasicismo y modernidad?

Hemos trabajado mucho, eso sí. Queríamos sacar el mejor resultado posible, pero cuando haces algo con lo que disfrutas y que es parte de ti no te planteas si es complicado o no, simplemente quieres hacerlo y lo haces.

Como espectadores, ¿con qué últimos conciertos habéis disfrutado, y qué banda nacional e internacional os ha impactado más en esa faceta en los últimos años?

El concierto que más me ha impactado estos últimos años ha sido uno de Emilie Simon. No solo la música y el sonido, que ya me tenía enamorado de hace mucho, la escenografía, el vestuario y las luces que con recursos sencillos conseguían unos efectos y una estética efectiva y muy atractiva.

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