Mitski: "Puberty 2" (Dead Oceans / PopStock!)


Texto: Txema Mañeru.

No nos cansamos de alabar el estupendo catálogo de artistas que está congregando el sello Dead Oceans que es aquí distribuido por Everlasting / PopStock! Pues bien ahora se han hecho con los servicios con otra joyita como es la neoyorquina de origen japonés, Mitski Miyawaki. La verdad es que un servidor no la descubrió hasta su tercer y destacado trabajo, "Bury Me At Make Out Creek" con curioso y humorístico título sacado de un capítulo de Los Simpsons. Ya en él, con su indie-pop pizpireto, pero con guapas melodías y sorprendentes arreglos era fácil acordarnos de otras féminas como Cat Power o St. Vincent, pero también había destellos cercanos a las melodías de los mejores The Smiths y guitarras más agresivas con reminiscencias a Sonic Youth o My Bloody Valentine.

Por ahí sigue la cosa en este cuarto y mejor disco hasta la fecha. Un disco que comienza con un single (ha sido el segundo) como 'Happy'. Un inicio feliz, hermoso y reposado con una gran melodía vocal, pero también con arreglos personales y originales en forma de teclados y de saxo barítono que hasta tiene algún aire a la mejor Björk. Los aires más rítmicos y enérgicos en forma de guitarras y teclados tienen su espacio en temas como 'Dan the dancer' con otras de sus maravillosas inflexiones vocales. La intensidad épica explota en 'Fireworks' para dejar paso al primer y sensacional single del disco. Una preciosidad titulada 'Your best american girl' que me vuelve a traer el aire a un Morrissey y The Smiths, pero en clave femenina. ¡Vaya melodía vaya arreglos y vaya crescendo lleno de hermosa, pero emotiva épica!

Esas melodías vocales al estilo Morrissey las tenemos también en 'My body's made of crushed Little stars', pero combinadas en este caso con unas guitarras lo-fi llenas de rabia que se acercan a los Pixies o incluso a los primeros Sonic Youth. Suena más enigmática e inquietante en 'Thursday girl' y de nuevo alegre y optimista en 'A loving feeling'. Todo con unas letras realmente interesantes que tratan del amor, sí, pero que también se enfrentan a momentos difíciles como la soledad y la tristeza que eso puede conllevar. Esa relativa amargura sale en la experimental pero preciosa 'Crack baby' que deja paso a un magnífico final con 'A burning hill' y sus sentimientos en llamas en voces y arreglos llenos de melancolía. La cara B del disco es más experimental y cruda pero tiene muchos momentos realmente brillantes que se van afianzando en sucesivas escuchas. ¡Y es que estamos ante un disco breve que te pide a gritos el escucharlo una y otra vez!

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