Amaral: "Si no nos hubiéramos dedicado a la música no hubiésemos sido tan felices"


Texto: Carlos Molina.

Da gusto ver que, por más que pasen los años y se sumen las entrevistas, tanto Juan Aguirre como Eva Amaral siguen siendo muy parecidos. Cercanos, muy cercanos pese al carácter más o menos introvertido de cada uno de ellos, nada creídos y tan enamorados de la música (no sólo de su música) como desde el primer momento.

Mientras Eva descansa un rato en la habitación después de una extenuante jornada promocional (se sumará a la charla en el último tramo de la misma, después de disculparse -sin tener por qué- durante varias veces), Juan se preocupa hasta el más mínimo detalle por la ubicación desde la que Orpheo y RockinBilbo van a grabar la charla. Y comenzamos.

Me comentaba Edu Gascón, un colaborador de Orpheo, que “Nocturnal” le parece un disco poco rockero, mientras que yo tengo la impresión contraria, que mantiene el poso más crudo y directo de “Hacia Lo Salvaje”. ¿Con cuál de los dos planteamientos te sientes más cercano?


Juan: A mi juicio es un disco muy enérgico, que bebe de muchos extremos y es capaz de pasar de lo lúgubre a estallidos de luz y energía. Es algo que se refleja también en el tránsito que hace Eva con la voz. Ella en ocasiones llega a sus registros más graves, más bajos, y también alcanza los más altos de nuestra historia. En esa transición de la oscuridad a la luz es donde reside la esencia de “Nocturnal”. Para mí es un disco físico y que tiene un punto impulsivo y hasta de ritmos tribales.

… Con algún tema de tonalidad bailable, añadiría yo. Ecléctico, en resumen.

Juan: Así es. Nosotros estamos encantados con las canciones y con el resultado sonoro. Hemos probado a tocar los temas con una guitarra acústica de doce cuerdas, que es un ejercicio que hacemos en ocasiones, y también funcionan. Nos parece que la mezcla entre melodía y letras, textos y riffs que hay por debajo es exactamente lo que queríamos hacer.



Voy a hablar de una de esas canciones de vuestra trayectoria que, como se dice vulgarmente, a mí me vuela la cabeza. Se trata de ‘1997’, de vuestro debut. ¿Cuál es tu canción favorita de entre esas que posiblemente no estén entre los principales hits de la banda, pero que a ti te resulte tremendamente especial?

Juan: Por citar una canción del segundo disco, diría que ‘Siento que te extraño’, tema que llevábamos mucho tiempo sin tocar en directo y que hemos recuperado para esta gira, haciendo una versión más eléctrica. En el caso de ‘1997’ debo decirte que también es una canción que me gustó mucho desde el mismo momento en el que la compusimos. Y hay muchas otras. Recuerdo perfectamente ‘No sé qué hacer con mi vida’, es más, me viene a la cabeza el momento en el que terminamos de hacer la letra en Zaragoza, nuestra ciudad. La estábamos tocando el otro día durante el ensayo, acompañada del aspecto visual con el que irá en el directo y con el sonido muy alto, y parecía que seguía vigente ese poso de incertidumbre ante el futuro, que tiene que ver mucho con el hoy y el ahora de algunos amigos nuestros y gente que conocemos. Quizás cuando la escribimos estábamos pensando en nosotros porque lo que deseábamos era tocar y viajar, y no sabíamos muy bien cómo hacerlo ni lo que nos depararía el futuro. Pero se trata de un tema que más allá de la vivencia personal tiene un valor por sí mismo.


También me comentaba una persona que trabaja en una agencia de comunicación que no entiende el veto por parte de algún que otro medio hacia vosotros. Ni él ni yo. Sois una banda que he visto tocar junto a un grupo local que llevó a más gente que vosotros, y que incluso no habéis llenado salas en Bilbao siendo la entrada gratuita. Esos fueron vuestros comienzos, no empezasteis desde el primer álbum a llenar pabellones. Habéis peleado mucho, incluso antes de sacar vuestro primer largo. El hecho de estar aquí, ¿lo achacas más a vuestro tesón, a ser conscientes de la calidad de vuestros discos a pesar de que en un comienzo los escucharan más o menos personas… o a qué?

Juan: Bueno, nosotros comenzamos a hacer música por una cuestión vital. Si no lo hubiéramos hecho no sé qué hubiera sido de nuestra vida, nos habríamos dedicado a otra cosa, pero estoy seguro de que no hubiéramos logrado ser tan felices. El tocar música y escribir canciones surgía de una necesidad. Nos sentíamos bien cuando tocábamos música independientemente de cuántos la escucharan. Y para nosotros de hecho era normal comenzar actuando ante audiencias muy pequeñas, porque la mayor parte de las bandas de las que habíamos bebido y que nos habían motivado a ser músicos no tocaban para mucha gente.

Si nosotros un día hubiésemos preparado un plan para todo lo que vino después seguramente nos hubiera salido mal. No tenemos mucho acierto en el cálculo, somos impulsivos, un tanto libertarios y anárquicos escribiendo, y muy pocos racionales.

De pronto crecimos muy poco a poco como muchas otras bandas de la escena alternativa, tanto inglesa como norteamericana, incluso como algunos grupos míticos de nuestro país. Fue todo muy paulatino.

Nosotros estamos muy agradecidos a los medios, porque considero que hay mucha gente que ha entendido la filosofía del grupo y sabe de qué palo vamos. Y los que no, también los respetamos, porque las unanimidades no son buenas. También es verdad que el proyecto de Amaral ha adquirido unas dimensiones insospechadas e incluso en ocasiones gigantes, lo que nos ha superado a veces a nosotros mismos. Lo bueno es que así como nos tomamos a la música muy en serio, por suerte a nosotros mismos no lo hacemos. Nos reímos bastante de nosotros, de la popularidad y tal, e incluso hay portadas de alguno de nuestros discos que son una pequeña broma, como la de “Pájaros en la Cabeza”, donde nos mostramos casi como si nos hubiéramos convertido en unos personajes de dibujos animados.

Al final uno toca para la gente que le escucha, pero también para sí mismo. Siento que el público que nos sigue sabe que la música nos precede.

Seguís viviendo en Madrid…

Eva: Sí.

Y respecto a esa popularidad que decía Juan, ¿os coarta mucho en vuestro día a día, o hacéis con total tranquilidad vuestros planes de ocio?

Eva: Con toda tranquilidad, no tenemos ningún problema.

Juan: Cuando vamos a los conciertos evitamos las zonas VIP. Nos gusta estar en primera fila como unos fans más. No conducimos ninguno de los dos, vivimos en el centro y yo voy a ensayar en bici y Eva andando. Hacemos una vida normal, y la gente tiende a ser bastante respetuosa. Al final Madrid es una gran ciudad en la que la gente está acostumbrada a encontrarse con el hombre del tiempo, a un actor de tal peli o a la chica de una serie. Nunca hemos renunciado a nuestra forma de pensar, ni a la de vivir, porque el proyecto haya crecido tanto.

Hace unos meses estuve unos días en Madrid y aunque me encantó, se me haría difícil prescindir de las ventajas de vivir en una ciudad más pequeña. En vuestro caso, ¿qué es lo que más echáis de menos de Zaragoza?

Eva: La tranquilidad de que igual Madrid es más vorágine. Sólo te da tiempo a hacer una cosa por la mañana y otra por la tarde, no tienes la posibilidad de hacer dos (risas). Es como todo más enloquecido. Pero también es verdad que al final terminas haciendo vida de barrio, cada barrio es como un pueblecito. Y como mucha gente proviene de fuera al final terminas haciendo piña, buscas tu otra familia en Madrid. También es una ciudad muy hospitalaria, que de alguna manera te recibe bien.

Independientemente de la orientación sonora de cada disco, percibo que mostráis unas composiciones que beben de sonidos anglos, pero también de un espíritu dramático muy de aquí. Una mezcolanza que os hace especiales y también un grupo tan intergeneracional, con fans muy jóvenes y también de mucha edad.

Juan: Pues la verdad es que has hecho un análisis de nosotros mismos que hasta ahora no habíamos hecho. Nos consideramos compositores de canciones, ese es nuestro enganche. Considero que todas las canciones tienen varias capas de lectura: una más inmediata pegada a la melodía, dobles sentidos y un veneno dentro para el que lo quiera buscar, y finalmente un posicionamiento acerca del mundo que nos rodea. Se percibe que están escritas en el aquí y en el ahora. Y de todas ellas hay unas cuantas de las que nos sentimos muy orgullosos porque llevamos un tiempo en esto. Pero tampoco es que hayamos inventado el fin de las guerras, ni hemos hecho grandes avances para la humanidad. Simplemente somos músicos, escribimos canciones y nos lo tomamos como una necesidad hedonista. Y eso es todo.

Así como yo os descubrí a través de comentarios de conocidos y de reseñas de medios aquí y allá, ¿hay alguna banda nacional que ahora mismo esté en ese primer paso de su carrera que pienses que dentro de veinte años podrá estar siendo entrevistada por nosotros… o algún periodista más joven? (risas).

Juan: Sí, hay un montón de bandas noveles de todo tipo de sonidos muy buenas. De Zaragoza me gustan mucho Calavera, Copiloto, una chica que hace hip-hop que se llama Gata Katana, con una manera de cantar diferente… León Benavente ahora son bastante conocidos, pero la primera vez que fuimos a verles en directo ya nos sorprendieron bastante. Yo creo que siempre hemos estado abiertos a escuchar música nueva, no sólo nosotros, sino gente de la banda. Contamos con compañeros que están en proyectos no muy conocidos. Es como una cadena con varios eslabones.

Todo sobre el concierto de Bilbao y datos de la gira "Nocturnal" en esta entrevista: http://www.rockinbilbo.com/amaral-concierto-bilbao-va-intenso-largo-electrico

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