Gemma Abrié: "A todo oyente le gusta sentirse atendido desde la profundidad del alma, desde la emoción"


Texto: Carlos Molina.

La artista catalana Gemma Abrié (foto: Emmanuelle Eles) es uno de los referentes del jazz español contemporáneo. A punto de lanzar su primer trabajo en solitario, “Amalgama”, y tras su paso por Bilbao durante la pasada Aste Nagusia, contactamos con ella para conocer algo más de este álbum y su carrera.

¿Cuándo surge en ti la pasión por la música? ¿Cuáles fueron los primeros discos y artistas que provocaron tu flechazo con el jazz?


Mi pasión por la música se empezó a cocinar en casa, de pequeña. Con mi hermana solíamos engancharnos a la radio y aprendernos un sinfín de canciones que cantábamos en casa en todos momentos. El jazz y las músicas de raíz afroamericana las conocí bastante más tarde, de adolescente, gracias a un disco que me pasó una compañera del instituto en el que descubrí las grandes voces que luego serían mis primeras influencias fuertes, vocalmente hablando: Ella Fitzgerald, Whitney Houston, Lauryn Hill.

Muestras un acercamiento al jazz rico en matices, no dudando en introducir componentes mediterráneos a tu música. ¿Cómo definirías tu sonido jazzístico?

Es muy difícil definir el sonido, porque las etiquetas no dejan de ser convenciones que se acercan o no al origen de las músicas. Últimamente me miro la música como una manera de contar la historia de un pueblo, de una generación y de un lugar, así que la mía tiene tantos elementos como los que he entrado en contacto: el jazz inicial, el gospel, soul y funk del que aprendí más tarde, la música vocal moderna, el folk, pero también de las músicas de raíces mediterráneas que me han influenciado últimamente.

Obtuviste el Grado Superior de Música en la especialidad de Jazz y Música Moderna y un Cum Laude por tu proyecto final “Wondering…” en la ESMuC. También has trabajado con Núria Tomàs, Sandra Ortega, Juana Rodríguez y Carme Canela para perfeccionarte como artista. ¿Qué dirías que es lo que más has aprendido de cada una de ellas?

Con un profesor o entrenador aprendes a forjarte un buen instrumento, a encontrar registro, matices, límites expresivos, etc. Eso no deja de ser una herramienta, un vehículo, y es una cosa muy importante, sobre todo para quien quiere hacer de ello un camino profesional. Pero sin duda, lo más importante en una voz es transmitir, emocionar, llegar a quién escucha, voluntaria o accidentalmente. Lo que creo que a todo oyente le gusta es sentirse atendido desde la profundidad del alma, desde la emoción, desde la condición humana: la comunicación de los sentimientos. Para el cantante es un acto de mirada hacia dentro pero con la intención de ir más allá, de penetrar en las almas de quien escucha.

Fuiste la voz de Ivanow Jazz Group, y has colaborado con músicos del prestigio de Emmanuel Djob, Dani Alonso, Ignasi Terraza, David Mitchell, Charlie Moreno, Munir Hossn, Aurore Voilqué, Vicens Martín o Clara Luna. ¿Destacarías alguno de los momentos vividos hasta ahora en tu carrera musical, por con quién compartiste grabación, escenario…?

De mis primeros años como cantante profesional destaco, sin duda, la suerte de formar parte de uno de los proyectos que Emmanuel Djob llevó a cabo a principios del año 2001: The Black & White Xperience. Una reunión de músicos y cantantes excepcionales provenientes de distintas partes del mundo y una música hecha con el corazón y con un nivel técnico y expresivo muy elevado. De hecho, ha sido un referente difícil de equiparar en los proyectos en los que he ido trabajando más tarde. De esa época también recuerdo mi participación en el Festival de Jazz de Breda, en Holanda, dónde conocí a un montón de músicos y dónde se gestó mi primer disco homenaje a Ella Fitzgerald. Pero en los últimos años he podido gozar de experiencias musicales en el escenario (y fuera) que me han hecho evolucionar como artista: hablo justamente de los proyectos con Vicens Martín, Munir Hossn, Miquel Àngel Cordero y mis colegas Clara Luna y Laia Fortià, con las que comparto el proyecto WoM.

¿Cómo valoras la salud de la escena jazzística española? ¿Qué músicos y grupos de la misma querrías recomendarnos?

La salud musical de la escena goza de muy buen estado por parte de los músicos y los artistas que van surgiendo, en parte, dada la creación de distintas escuelas superiores, repartidas por todo el territorio español, que han mejorado mucho la preparación de los músicos de jazz y han impulsado su evolución. Figuras como Marco Mezquida, Gabriel Amargant o Silvia Perez Cruz son buenos ejemplos de la unión de un gran talento con una buena formación en escuelas superiores.

No obstante, el circuito que hay para tantos nuevos músicos, bien formados y talentosos, es muy limitado y no puede, en absoluto, absorber tal cantidad de músicos que están haciendo cosas. Y si tenemos que hablar de la remuneración que reciben, ya no te cuento. Creo que debería haber más reconocimiento hacia los músicos de jazz por parte del público pero también del mismo circuito de locales, y también por parte de los propios músicos, que a menudo acceden a tocar por un precio irrisorio.


Aunque tu nombre se asocia al jazz, eres ecléctica en cuanto a gustos musicales. Un buen ejemplo es “Wondering…”, un álbum en el que homenajeas la figura de Stevie Wonder en clave de jazz. ¿Qué significa para ti este artista, y que otros músicos y grupos alejados del jazz te fascinan?

En Stevie Wonder descubrí una voz, una manera de cantar cristalina, poderosa e impecable de la que yo podía aprender y evolucionar mucho como cantante. Pero muy especialmente significó el descubrimiento de un artista que ha hecho de todo (y toca de todo), un gran compositor de música moderna, con material muy bueno, aunque tengas etapas más comerciales y menos fructuosas, musicalmente hablando. Otro músico que me fascina es Sting, por la misma versatilidad y capacidad como músico y como comunicador.

Más en cuanto a eclecticismo. Me comentabas que habías coincidido en directo en alguna ocasión con Anaut, o tu admiración por Carmen París, otra artista rica en sonidos y propuesta. ¿Qué es lo que más te gusta de ella?

De entrada, el poderío que escucho en su voz, su presencia, su verdad. Pero sobre todo valoro su riesgo, su apuesta artística por fusionar tradición cultural con nuevas músicas populares pero modernas como el jazz o el formato de Big Band. Merece todo mi respeto y admiración.

En “Double BasSing”, Miquel Angel Cordero y tú lleváis a vuestro terreno clásicos de The Beatles o The Police. ¿Se hace muy duro jugar con piezas como “Eleanor Rigby” para que sean tuyas pero, a la vez, sigan siendo cercanas y reconocibles para el gran público?

Se hace bastante duro, especialmente si aparte de cantar tienes que coordinar el acto de expresar vocalmente desde el interior con interpretar en otro instrumento unas notas. Es como una doble voz, de ahí a que el disco se llame “Double BasSing”, porque aparte del evidente formato de dos voces y dos contrabajos, cada uno de los intérpretes genera dos “voces”: la del contrabajo y la de la voz. Aparte de esta doble tarea, es evidente que interpretar una canción con tanta entidad condiciona mucho si lo que quieres es que la gente lo reconozca. Pero quizás lo interesante es precisamente lo otro: hacer una versión distinta que se aleje de la original y le de aire nuevo con las mismas notas.

Entre tus influencias dentro del campo del jazz se suelen nombrar a Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Stevie Wonder y Dianne Reeves. ¿Añadirías algún otro nombre?

Podría añadir Count Basie, Duke Ellington, Charlie Parker, Mark Murphy, Miles Davis, Cannonball Adderley, Nancy Wilson, Annie Ross, Kurt Elling, Avishai Cohen, Esperanza Spalding o Gretchen Parlato.

A nivel español, ¿cuáles son tus músicos más admirados?

Pues primero, las referencias que he tenido cerca o he podido escuchar a menudo: Carme Canela, Lluís Vidal, Joan Monné, Jorge Rossy, Silvia Perez Cruz, entre muchos otros. Y luego artistas que me fascinan por su trayectoria: Perico Sambeat, Jorge Pardo, Antonio Serrano, Javier Colina, entre otros también.

¿Qué nos puedes adelantar acerca de tu próximo álbum, “Amalgama”?

“Amalgama” es la fotografía de una etapa de mi vida en la que he evolucionado, he dejado de observar únicamente hacia el mundo afro-americano y he empezado a mirar hacia otros territorios, territorios cercanos que por falta de apertura musical y referencias he tenido lejano. “Amalgama”, además, supone mi estreno como compositora, como autora de canciones, como músico que busca expresarse con distintas herramientas, ya sea la emoción, la voz, la armonía o la simple melodía.

¿Cuáles son los últimos discos que más te han fascinado?

Últimamente no tengo mucha ocasión de escuchar discos enteros pero entre los que me han fascinado más últimamente han sido “The lost and found” de Gretchen Parlato, “Liquid Spirit” de Gregory Porter o “Cantos de Hidra” de mi compañera Clara Sallago.

Del mismo modo, ¿hay algún concierto de los últimos a los que hayas asistido que quisieras destacar por lo que te transmitió?

Hace unos años asistí a un concierto de una artista francesa que no conocía demasiado: Camille. Aunque muchas gente me habló de ella, no fue hasta vivir su directo en el Auditori de Barcelona que pude apreciar la maestría por la cosas cuidadas hasta el mínimo detalle: parte musical, vocal y escénica a partes iguales, donde creatividad e ingenio se unían a gran talento y trabajo del grupo. ¡Me pareció genial!

Me gustaría preguntarte también, fuera de la música, por qué otras pasiones cultivas (eres cinéfila, ávido lector, deportista…) y de entre todos estos posibles campos, qué me recomendarías (alguna película a descubrir, o libro, o deportista… y la razón de esa recomendación).

Soy una apasionada del espectáculo natural (que a menudo olvidamos), de los animales, del mar y la playa…pero últimamente soy una apasionada de la montaña… Me he aficionado a caminar, a correr por la montaña, a escalar en roca y a subir cimas. Supongo que la genética tira (mi padre y mi familia paterna son del Pirineo Catalán), pero lo he adquirido por influencia de personajes que me he encontrado en mi camino, como Miquel Àngel Cordero. Un deportista al que admiro mucho por sus capacidades casi supernaturales es Kilian Jornet, pero también admiro mucho a mujeres que han sido como pioneras en el alpinismo como Araceli Segarra o Edurne Pasaban.

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