Texto: Carlos Molina.
Atentos, muy atentos, a “Capitán Cobarde”, el homónimo disco del sevillano Alberto Romero.
y es que el músico antes conocido como Albertucho acaba de iniciar su nueva etapa musical con un disco que tiene muy poco de cobarde y sí de saleroso, con una excelsa fusión entre un sonido neo-folk de ribetes americanos y unas letras poéticas más ancladas en lo que podríamos denominar rock urbano.
“Es una historia muy natural, refleja cómo he ido creciendo y evolucionando con el paso de los años. Aunque es música de raíz, bluegrass, americana, folk… como es algo que ha ido saliendo poco a poco no resulta nada forzado. Ya no es ni siquiera una fusión, directamente es una manera de interpretar. Se trata de música folk hecha por un sevillano, y he conseguido que suene bonita y creíble”, apunta el músico andaluz.
Un trabajo y una nueva andadura que le han llevado dos años a Alberto, pero todo esfuerzo ha merecido la pena. “Son canciones que he hecho desde el corazón y con todo el convencimiento, pero no esperaba nada. Ha sido una incertidumbre por ver cómo eran recibidas, y la sorpresa es que vaya, parece que le están gustando al personal. Después de estar currando y currando, trabajando los temas y poniendo en marcha el crowdfunding, el saber que los temas están siendo tan bien recibidos por gente que entiende y ama la música es lo mejor que me puede pasar”.
El listado de colaboradores, amigos, que pululan por estas canciones es impresionante… tanto como la calidad de la banda que le ha acompañado. “Necesitaba músicos especialistas para hacer un álbum de folk así, y no un grupo de rock como lo que había tenido hasta ahora, de guitarra, bajo y batería. Aquí entraban instrumentos no muy habituales o normales en el rock, como la bandolina, el banjo, el contrabajo, la tabla de lavar… necesitaba músicos que ya hubieran hecho este tipo de música durante años y que me acercaran a ese tipo de sonido de Nueva Orleans que buscaba. Le han dado una credibilidad brutal al disco”.
Como talento han aportado invitados de la calidad de Carlos Tarque, El Lichis, Kutxi Romero, La M.O.D.A… “No ha habido ninguna colaboración forzada, todas salen de la admiración, como en el caso del Lichis, cuyas letras me apasionan desde que estaba empezando en esto de la música. De Kutxi soy colega desde que tenía 18 años, mientras que a La Maravillosa Orquesta del Alcohol les conocí en Burgos y me di cuenta de que teníamos mucho feeling e influencias comunes. Lo de Tarque es porque le conocí después de un concierto, y empezamos a hablar de nuestra pasión por Tom Waits. Le comenté que tenía un tema que iba a ir en ese rollo, y le invité a que lo cantara si le gustaba. En resumen, que todo ha salido súper natural. Son gente que admiro mucho, y me hace mucha ilusión que sus aportes han salido todos desde el corazón”.
Ahora nos espera una gira importante, con escalas confirmadas a partir de finales de octubre en Granada, Córdoba, Cáceres, Madrid, Barcelona, Valencia, Badajoz y Sevilla, con posible fecha en Bilbao a finales de año. “Ahora estoy liado con la promoción por las FNAC, teniendo el primer contacto con la gente y los seguidores. La gira de invierno la voy a afrontar en tres formatos distintos: con banda de bluegrass con contrabajo, violín, mandolina, banjo… todos musicazos, y donde se verá muy representado el sonido del disco. A otros lugares acudiremos como trío, yo con bombo, guitarra, armónica y tal, un contrabajo y un banjista. Un formato original y con mucha energía. Y finalmente estaré yo solo con un montón de instrumentos, en un concierto quizás más intimista, con las canciones más desnudas. Hay gente a la que le gusta muchísimo esta propuesta, en plan hombre-orquesta”.
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