Texto: Txema Mañeru.
Una de las cosas positivas que está trayendo la crisis del mercado discográfico es el regreso, cada vez con más fuerza, del vinilo. Tal es así que algunos grupos que se ven abocados a la autoedición opten por guapos vinilos como objeto de culto que preservará su música. Y eso es lo que ha hecho el buen quinteto madrileño YAY para su segundo trabajo, “Fur”.
El grupo nació de las inquietudes musicales de Hilda Hund, cantante inspirada en su niñez por Belinda Carlisle que luego se enamoró de Juliana Hatfield y de casi todo el rock alternativo americano de los años 90. La pasada década ya en Madrid formó Skejby junto al guitarrista Alfonso Herrero, que también está en la banda Berlina. De aquí surgiría YAY ya en esta década y en forma de quinteto, debutando con “We Never Know How The Day Will End” hace 3 años, pero con distinta formación a la actual.
Hilda define muy bien el nuevo trabajo, “Fur”, como un viaje lleno de baches y ruedas pinchadas. Como mecánico (productor) ha ejercido el gran Manuel Cabezalí (Havalina, Rufus T. Firefly) y los resultados se notan. Es evidente que el influjo de la Hatfield y su “Become What You Are” está ahí. Así como otras formaciones y artistas de la época tales como Pixies, Sleater-Kinney, Throwing Muses, Nadasurf o Cocteau Twins. También hay quien habla de referentes más cercanos en el tiempo como los Warpaint o Courtney Barnett. ¿A qué dan ganas de adentrarse en el vinilo? Pues a ello vamos. Ya te decimos que tiene una bonita carpeta y que la funda interior tiene impresas todas sus interesantes letras.
Comienza el disco con la ternura de ‘Aerial’ y esa voz que se acerca al estilo de los Throwing Muses, muy bien acompañada de las estupendas guitarras de Alfonso. ‘Let me be gone’ suena más rítmica y su hermosa melodía la dirige la voz de Hilda, aunque resultan muy atractivas también las agresivas guitarras con las que finaliza el tema. En ‘Such a waste’ tenemos unos estallidos de ritmo casi grunge, pero con algo también de las riottt girls, Sleater-Kinney o Bikini Kill. Contrasta la voz emocionante de Hilda. Llega la calma con ‘Goldfish memory’ sonando entre Luna y Galaxie 500. Cierra la cara A ‘Something else’ con una ternura cercana al shoegazer.
Arranca la cara B con la enérgica ‘Nobody’, y claras reminiscencias al rock alternativo de guitarras de los 90. ‘Seafood’ navega por las mismas coordenadas y con el mismo alimento espiritual y es que este lado B es más eléctrico en general y con más dosis de mala leche. Eso no impide que luego el disco finalice con ‘Close to my heart’ en la que nos acercamos al corazón de Hilda a pecho descubierto. Un precioso lento con gran piano y mucha calma que puede gustar, además de a todos los seguidores del sello 4AD como ellos, a los fans de The xx, pero con un sonido más orgánico. El preciosos vinilo lo puedes conseguir en yaytheband@gmail.com y te recomiendo que si tocan cerca de tu ciudad no pierdas la oportunidad de disfrutar con un grupo nada usual.
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