Texto: Txema Mañeru.
¡La mayoría de los seguidores de los más clásicos Judas Priest gozarán con este nuevo trabajo con el que vienen a redimir almas heavies! Quede claro que es imposible ya que hagan discos como esos insuperables (en su género) “British Steel”, “Sin After Sin” o “Stained Class”. Igual tampoco han alcanzado el gran momento que significó el “Painkiller” allá por el año 90. Pero han hecho un buen disco con aromas a tiempos clásicos que no decepcionará a sus todavía muchos fans. Además siguen con su “cantante”, Rob Halford, aunque no tenga la fuerza y el poderío de antaño, situación que se nota más a la hora de forzar los tonos agudos. Eso sí, con las 6 cuerdas siguen en buena forma Glenn Tipton y Richie Faulkner.
Cabe destacar también la estupenda presentación del disco, sobre todo en una más que recomendable DeLuxe Edition en formato de disco-libro de tapas duras y brillantes. Dentro un total de 38 páginas con todas las letras, algunas guapas fotografías y un montón de excepcionales ilustraciones que atraen irremisiblemente empezando por una espectacular portada de tintes muy heavies. Por si fuera poco trae un segundo compacto en el que añaden 5 interesantes temas más a la hora de duración del disco original.
El primer disco, digamos el oficial, comienza con la garra y los truenos de ‘Dragonaught’ con sus duras y características guitarras. Para el primer y homónimo single Halford muta su voz y logra un estribillo muy pegadizo muy bien ribeteado por las dos guitarras. ‘Halls of Valhalla’ suena con potencia, pero me gustan más aún los excelentes punteos de ‘March of the damned’, otro tema que va para single si no ha salido ya como tal. Hay que colocar también entre las destacadas a ‘Down in flames’ por su garra y por esas épicas guitarras que te sacuden con ganas. En otros momentos no brillan tanto y pueden hasta recordar a otras bandas clásicas del género como Black Sabbath o incluso Iron Maiden. También hay momentos que remiten a otros buenos tiempos de los mismos Judas Priest, sin tanta originalidad, pero esto tiene mucha más lógica. La cosa se recupera con los sublimes punteos de ‘Metalizer’. Otro tanto sucede con la emocionante balda final, ‘Beginning of the end’.
Luego por dar algunas pinceladas del bonus disc, diremos que conviene fijarse en la apertura con el gran estribillo y los estridentes punteos de ‘Snakebite’. No es el único estribillo que se te queda pegado pues sucede otro tanto, por ejemplo, con el de ‘Bring it on’. Mola bastante el tema oscuro y muy heavy ‘Creatures’. Sinceramente creo que el balance es más que satisfactorio, dado lo que se esperaba, y creo que sus seguidores le pegarán unas cuantas escuchas a gusto.
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