Homenaje a Tommy Ramone (1)


Texto: Mikel Valle.

“Los Ramones no son sólo música, es una idea: recuperar todo el sentimiento que el rock ha perdido, un empujón hacia fuera con algo nuevo y diferente”. Tommy Ramone, el último de Los Ramones originales recientemente fallecido, resumía así lo que representaba esta banda, pionera del emergente estilo punk, que se convirtió rápidamente en un icono de la música y revitalizó el rock con un sonido simple, crudo y directo. En su homenaje, este fin de semana hablamos de Los Ramones y de la figura del propio Tommy dentro de la banda.

Desde sus primeros acordes en el barrio neoyorkino de Queens, en 1974, los Ramones trataron de huir del estilo de las bandas ‘influencers’ del momento, que exprimían un rock progresivo acoplando letras místicas y explotando larguísimos solos de guitarra. Ellos querían rescatar el espíritu con el que había nacido y triunfado el rock en los 50 y 60, y le dieron un giro machacón y más simple: tres acordes y letras tipo ‘Hey! Ho! Let’s go!’ era su fórmula mágica.

La estética del grupo, con sus inseparables chupas de cuero y vaqueros raidos que se convirtieron en el ‘uniforme oficial’, y el estilo desafiante, frenético y fresco de sus composiciones, establecieron una corriente que serviría de inspiración y modelo a seguir para muchos grupos que surgirían a partir de entonces.

Con Johnny en la guitarra, Dee Dee en el bajo, Joey como vocalista -tras un efímero paso por la batería- y el manager Tommy Ramone (Tom Erdelyi) tomando las baquetas del grupo hasta 1978, porque literalmente “nadie más quería”, según desvela Joey en el libro “Por favor, mátame”, los Ramones comenzaron una trayectoria que les llevaría a publicar 14 discos de estudio y varias recopilaciones y discos en directo, completando un total de 21 álbumes y 212 canciones hasta su disolución en 1996.

22 años de carrera que dieron para mucho y a los que la música debe demasiado, aunque nunca tuvieron el reconocimiento y el respaldo comercial que merecieron -lograron solo dos discos de oro gracias al recopilatorio “Ramonesmania” (1988) y su álbum debut “Ramones” en 2014-. En 2002 fueron incluidos en el Rock & Roll Hall of Fame y en 2011 recibieron un Grammy a su trayectoria para compensar años de pasar casi desapercibidos para la industria.

La influencia es clara en el punk británico, capitaneado por Sex Pistols, The Damned o The Clash, que bebió directamente de esta primera oleada encabezada por los Ramones, abofeteándolos con un sonido rápido y directo que rápidamente caló y canalizó mucha de la frustración de los jóvenes de la época. "La música que amábamos se moría, así que decidimos hacerla nosotros. Cantábamos sobre las cosas que vivíamos, nuestras frustraciones y cosas que tenían que ver con la radio, la TV y la vida real", aseguraba Joey.

En toda su carrera nunca cambiaron de estilo, a pesar de la marcha de varios miembros durante este periplo (Marky Ramone, Richie Ramone y Elvis Ramone pasaron por la batería, mientras que el bajo lo ocupó C.J. Ramone, en la última etapa de la banda, tras la salida de Dee Dee). Esto facilitó que surgieran canciones míticas, auténticos himnos del punk rock, de las mentes delirantes de los chicos de Queens: ‘Blitzkrieg Bop’, ‘Beat on the Brat’, ‘53rd & 3rd', ‘I Wanna Be Sedated’, ‘Judy is a Punk’, ‘I wanna be your boyfriend’... Canciones que hablaban de locura, felicidad, excesos, bates de béisbol, descontrol o inocentes amores adolescentes. No hay una pauta, sólo sentimientos arrojados a la cara del público.

El primer álbum de la banda, “Ramones”, lanzado en 1976, es todo un referente, un disco de culto y la estrella polar del movimiento iniciado por el grupo. Grabado en apenas unos días y con una austeridad pasmosa, dejó a la crítica y público desorientado, tratando de encajar las irreverentes notas que les entraba por los oídos.

“Lo grabamos en una semana, y costó 6.400 dólares, todos estaban asombrados. Entonces se manejaba mucho dinero para cosas absurdas. Algunos discos costaban medio millón y tardaban 2 o 3 años en grabarlos. Lo que hicimos fue inaudito, teniendo en cuenta que fue un disco que cambió el mundo. Fue el verdadero comienzo del punk rock y de nuestra carrera”, comenta Joey.

Está claro que los Ramones son una de las bandas de rock más emblemáticas y de las más influyentes de todos los tiempos. La esencia de sus canciones sigue intacta después de tres décadas, derrochando la misma frescura e irreverencia original, y sin perder un ápice del espíritu revolucionario con el que fueron paridas.

Creo que Arturo Vega, amigo del grupo y creador del famoso logo de los Ramones, explica bien lo que se experimenta en una primera escucha de Ramones. “Eran tan diferentes y tan nuevos que no sabías muy bien cómo clasificarlos. Una locura, muy originales, diferentes... He tardado 27 años en tener una reacción similar. Ha sido con el museo Guggenheim de Bilbao, de Frank Gehry. Me paré frente a él y tuve una reacción casi idéntica. Es algo que te complace, pero tan loco que hay que reír. Me pasó lo mismo con los Ramones, ¡era algo tan loco que te hacía reír!”.

Los Ramones están en la memoria colectiva de toda una generación de rockeros y de las que están por venir. ¡Y nunca es tarde para redescubrirlos!

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