Fernando Galán, promotor del Moroder Club de Madrid: "Es fundamental tener un buen fondo de armario de grupos"


Texto: José Manuel Valiño.

Fernando Galán vive por y para la música. Ha hecho de ella su estilo de vida desde hace una década, cuando se sumergió definitivamente en este apasionante mundo. Ha tocado casi todos los palos en el universo musical; desde crítico a jurado, pasando por la producción de distintos festivales o su propio programa musical, a ejercer como Dj y promotor. Actualmente trabaja como programador en el Moroder Club de Madrid.

Aprovechando su gran experiencia, en Orpheo nos hemos planteado ver qué hay detrás del ‘backstage’ de un concierto, cuáles son los pasos que se siguen hasta el mismo momento en que un grupo o solista se sube al escenario de un local, los problemas a los que se enfrenta... Y quién mejor, en este caso, que Fernando Galán, todo un experto en la materia.


Resúmenos en pocas palabras cómo es la vida de un programador de conciertos de una sala.

Si te gusta lo que haces disfrutas un montón. Conoces gente nueva, descubres música fascinante y ves muchos conciertos. Es un trabajo muy gratificante y lleno de buenos momentos.

¿Qué criterios sigues para contratar a un grupo en incluirlo en la programación?

Que tenga unos mínimos de calidad, que se impliquen en el concierto y que se ajuste al perfil de la sala.

¿Cuáles son los problemas más habituales a los que te enfrentas para cerrar la programación mensual?

Principalmente las cancelaciones de última hora y que los grupos no se impliquen en los conciertos.

¿Cómo resuelves los contratiempos, las cancelaciones imprevistas? ¿Resulta complicado buscar una alternativa?

Normalmente se pide a las bandas que si cancelan lo hagan con dos semanas de antelación. Pero si es un caso de fuerza mayor se queda esa fecha sin programar, lo que es un verdadero problema. Hay que tirar de contactos y en determinadas situaciones se puede resolver la papeleta, pero la mayoría de las veces no. Habitualmente los conciertos cerrados con poca antelación no suelen funcionar. Como mínimo, desde mi punto de vista, tiene que haber de dos semanas a un mes de promoción. Por eso es fundamental tener un buen fondo de armario de grupos.


¿Qué conciertos de los que has organizado te sientes más orgulloso?

Me siento muy orgulloso del de Territoire, Probosci o Ally Ker. Es sorprendente como artistas con giras se vuelcan en sitios pequeños. Valoro mucho la implicación de las promotoras en estos conciertos.

¿Qué concierto te ha sorprendido para bien y para mal? El que esperabas fuera un éxito y lo contrario.

Cuando ves que un grupo se implica la cosa sale muy bien. Me llevé una desilusión cuando programé un concierto de gospel con muchos integrantes y no vino casi nadie; suele suceder al revés, a más integrantes más movimiento.

¿Con quién resulta más complicado tratar: grupos, agencias, sellos, promotoras…?

Sobre todo con determinados grupos cuando organizan ellos los conciertos y les cuesta entender ciertas normas establecidas desde la sala. Las promotoras y discográficas suelen funcionar muy bien.

¿Cómo se paga a los grupos?

Se les paga en función de las entradas vendidas y toda la taquilla es para ellos.

¿Cómo está la situación actualmente para contratar a un grupo y/o solista?

Está complicada. Tengo la suerte de trabajar en una sala donde las tres cabezas pensantes, Fernando, Carlos y Miguel, entienden muy bien al músico. Y además ofrecen unas estupendas condiciones. No se pagan cachés, pero se cede toda la taquilla al artista.

¿Encuentras más receptividad ahora en las agencias, grupos, managers para tratar y cerrar acuerdos económicos?

La verdad que sí porque se están adaptando a los tiempos en los que vivimos y piensan también en los pequeñas locales y las formas que tienen de gestionarse.

¿Cómo ves el futuro de conciertos en locales y en una ciudad como Madrid?

Hay muchas propuestas interesantes y cada día hay que reinventarse. Se debe mirar por las dos partes, tanto por el artista como por la sala, que los dos ganen y no se beneficien las salas a costa de los músicos. Muchas posibilidades en cuanto ideas se abren para que todo el sector quede contento.

Desde la sabiduría que te dan los años que llevas en el mundo de la música y la experiencia ¿qué debe cambiar en el mundo de la música para que resulte menos complicado programar conciertos en locales más o menos grandes?

Debe haber un reparto igual en el mundillo; que tanto artistas como salas sean felices, que se prueben nuevas fórmulas y que el artista no pague por tocar.

Trayectoria

¿Cuántos años llevas en el mundo de la música?

Llevo 10 años y trabajando como programador 3.

¿Qué trabajos has desempeñado dentro de la música y en qué locales?

He ejercido como crítico musical en Mondosonoro y jurado en concursos como Festimad.

Estuve aprendiendo de los grandes en Pias y La noche en vivo.

He trabajado de producción en festivales como Monkey Week, Viña Rock, Íboga Summer Festival…

A nivel altruista he pertenecido al programa de música electrónica ‘Oscilación’, junto a Aitor Arch, Lou Canterel y Mi Voigt. Además de hacer mi propio programa, ‘Explosión Musical’.

Como pincha y promotor destaco mi paso por Cucudrulu, junto a Major Sewers y Juan Manuel Sánchez. Actualmente dirijo la sesión ‘Planet Peanut’.

Como promotor he trabajado en diferentes salas: Gruta 77, Intruso, Costello, Siroco. También he organizado mis propios festivales: Undergranizado, con Ricardo RJK.

Como programador en Siroco y Moroder. En esta última desde noviembre de 2013... y encantado de la vida.

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