Gastelo: "Escribo desde el corazón, no soy de analizar mucho"


Texto: Carlos Molina.

Un término que no suelo utilizar mucho para definir un disco es el de desbordante. Pero en el caso del último trabajo de Vicky Gastelo (fotos: Siempre Mela) “Con el viento de cara”, es muy difícil no emplearlo. Hablamos de un trabajo tremendamente emotivo y desnudo, de lo mejor que se ha publicado en nuestro país en lo que va de año. De este cuarto disco y su carrera hasta ahora hablamos largo y tendido con la artista cántabra. Una artista de los pies a la cabeza.

Tienes una carrera muy, muy personal. Cuatro años marcan la distancia entre “En el fondo de los mares” y “Con el viento de cara”, tu último álbum. Imagino que tendrías unas ganas enormes de poder lanzar un nuevo trabajo. ¿La espera se ha debido a, como apuntas en el libreto del álbum, “las cosas muy duras y también maravillosas” que has vivido en estos últimos cuatro años?


Sí. Los dos primeros años estuve girando y los otros dos me retiré por temas personales. Ahora tengo más ganas de volver a cantar que nunca.

Comentaba antes lo de que tienes una carrera muy personal, y el último ejemplo está en tu decisión de haberte encargado de la producción musical, y no solo ejecutiva, de “Con el viento de cara”. ¿Cómo valoras a toro pasado la experiencia? ¿Has sentido más presión, ilusión, responsabilidad, diversión…? ¿Te has basado en algún productor a la hora de saber cómo manejar (¡o cómo no manejar!) una producción?

He disfrutado muchísimo, como nunca. No he tenido que discutir con nadie, ni musicalmente ni por el dinero. Tampoco he tenido en mente a ningún productor, las canciones son las que mandan. Ellas te piden lo que necesitan. Sólo quería reflejar lo que hacemos en directo.

En unos tiempos en los que muchos artistas y grupos ya se dan con un canto en los dientes por grabar en un estudio, apostando en muchos casos por pequeños estudios o estudios caseros, me ha parecido curioso que para registrar este trabajo hayas trabajado hasta en tres emplazamientos: los estudios Montepríncipe y The Yelow Box de Madrid y en los estudios Moon River de Santander. ¿Qué te llevó a hacerlo?

Se trata de estudios de amigos que me han facilitado la parte económica. Y trabajamos entre los tres por razones también de sonido. Si algo tenía claro es que iba a grabar con Bori Alarcón y que él grabaría mis voces y mezclaría mi disco.

En este último trabajo has vuelto a apostar por la seguridad de grabar con tu banda de directo de los últimos tiempos -José Barragán, 'Sefo', David Escudero, Mario Carrión y Dani Casielles-. ¿Qué es lo que más valoras musicalmente de cada uno de ellos?

Pues varias cosas. Son grandes músicos, me entienden a mí y a mis canciones y son buena gente, que para mí es más importante a la hora de salir a tocar que todo lo anterior.

También has vuelto a trabajar con el ingeniero de sonido Bori Alarcón, como apuntabas antes. ¿Qué destacarías de su labor en “Con el viento de cara”?

Cuando llegué al estudio le pedí que fuera sincero, que me ayudara, que diera su opinión siempre. Le dije que era uno más y sobre todo que a la hora de cantar fuera exigente conmigo. Bori es un gran ingeniero, pero esa experiencia junto a su gran sensibilidad y amor hacia la música hace que se oiga todo: los instrumentos, la ilusión, la frescura, los silencios, el buen rollo…

Un álbum en el que también destaca la participación de los músicos Iñaki García, Jacinto Martínez y Cesar Pop. ¿Por qué contactaste con ellos y qué consideras que han otorgado a sus temas?

César y Jacinto han aportado dos acordeones preciosos. Con César he tocado mucho y tiene una gran sensibilidad. Jacinto ya había tocado un tema en mi disco anterior e Iñaki entiende muy bien mis canciones, es un tipo muy sensible que toca lo que tiene que tocar y no más. Buscamos juntos los teclados que podían ir a cada canción y tocó Rhodes, Wurltizer, Hammond… lo que ayudó a que cada canción tuviera su propio carácter.

"Con el viento de cara" presenta una arquitectura sonora básica y directa, asentada en unas guitarras tremendamente expresivas bajo un manto de americana en gran parte de los cortes. Como en "La calle es un ring", la primera canción del disco, una cruda descripción de cualquier ciudad. "No hay vida en los astilleros, sólo el ferry pasa por aquí", dices. ¿Es imposible abstraerse a la hora de componer temas de la realidad que vivimos?

Imposible. Yo no vivo en un escenario, vivo en la calle, como todo el mundo y cuando la música es tu vida pones acordes a todo lo que te afecta. Cómo voy a estar ajena a todo esto si la primera que tiene que buscarse la vida soy yo.

La guitarra suena sentida, evocadora, en la intimista, lánguida y bella "Quién no necesita amor", mientras que el acordeón de César Pop en “Si te lo tengo que explicar” otorga mayor dramatismo a una de las piezas del disco. Mayor intensidad hay en "Dónde estás" y en "Que fueras tú", adornada por fantásticos teclados, que parecen surgidas también muy de dentro. Antes hablaba del componente social, pero en este trabajo desnudas tu corazón sin ambages. Aunque es evidente que un músico tiene que ser poco tímido, ¿te ha resultado complicado reflejarte tanto en este trabajo?

Primero te doy las gracias por escuchar detenidamente las canciones y por dedicarlas tu tiempo. A mí no me cuesta porque no lo pienso. Yo voy haciendo canciones según me van pasando las cosas y en ese momento que tienes la sensibilidad a flor de piel me dejo llevar. Yo escribo desde el corazón y no analizo mucho, pero me pasa una cosa muy curiosa que ya me ocurrió con el anterior disco: cuando ya lo tengo fabricado y me llega a casa, ahí es cuando pienso “igual me he pasado”… pero ya es tarde.


En el arranque acústico de "A la francesa" tu voz alcanza cotas maravillosas. Tu música puede gustar a los seguidores de propuestas como Los Secretos, Quique González, o los Amaral más recogidos. En tu caso, ¿qué grupos y artistas actuales son los que más sigues?

Rachael Yamagata, Emmylou Harris, Wilco, Alan Jackson, Patty Griffin, Brandie Carlile…

"Qué diría Dylan" es una nada velada crítica a algunos aspectos de la industria, la radio y la escena musical de nuestro país. ¿Qué te llevó a escribir una letra tan contundente?

Fue tras una larga sobremesa en un restaurante llamado Las Piscinas, por eso digo en la canción: “reencuentro en Las Piscinas”. Estábamos Rebeca Jiménez, Quique González, Carlos Vega y mi amigo Tacho. Hablábamos de la música y de nuestras vidas y al llegar a casa escribí el texto. Los días siguientes me senté al piano en busca de la música.

“¡Cuántas veces!” no cierra el disco… pero podría hacerlo. Me gusta esa autoafirmación que se esconde tras este tema: “Sigo siendo fiel a mi corazón, mejor morir de pie, mejor morir de amor”. Vaya por delante que este trabajo me parece un discazo. ¿Consideras que has llegado con él a ese punto en el que un músico puede decir: “ya he encontrado mi sonido, mi sello”, o consideras que ese paso ya lo diste con alguno de tus trabajos anteriores… o todavía está por llegar?

Pues llevo días pensando que el siguiente disco será diferente (risas). Pero sí es verdad que he encontrado la forma de decir y cantar las cosas, que creo que me identifican por eso. El resto, el sonido y todo lo demás, siempre siento que lo estoy buscando. Gracias por lo de discazo.

"Brindis" y una desbordante "Tatuaje" suponen el broche de oro a un disco con un componente dramático importante, pero en el que, al menos eso he sentido yo, hay un gran espacio para la luz. Como si todos los temas reflejaran una batalla, pero se atisbara la victoria en la mayoría de ellas. ¿También lo ves así?

Sí, eso es. Qué alegría me das. Hay mensajes positivos durante todo el disco. He tratado de transmitir esperanza a pesar de los traspiés que podemos tener todos. “Brindis” es un brindis por la vida. En ella digo: “a veces cuesta creer que va a cambiar algo y cuando ya no lo crees cambia el viento de lado”, y así es. Las cosas que nos ocurren accidentalmente se acaban en algún momento, pero lo que realmente somos, no.

Se conocen ya las primeras fechas de presentación de “Con el viento de cara”. Una docena de conciertos con paradas hoy mismo en Madrid, en la Sala Clamores, Barcelona, Zaragoza y tu Cantabria natal. Cuatro discos a las espaldas imagino que supondrán más de un dolor de cabeza a la hora de planificar el set-list. ¿Qué “clásicos” de los álbunes anteriores puedes confesar a tus seguidores que tendrán cabida en esta gira?

Llevo unos días haciendo el orden y me siento feliz. Tengo un montón de temas con los que disfruto. Haré “Será”, “Si tú piensas en mí”, “Me equivoqué contigo”, “Me vas a matar” y “Como el sol”. ¡Tengo unas ganas!

¿Te moverás en diferentes formatos según la ciudad, sala, etc, o tu apuesta es presentar, aunque sea en las primeras fechas, el disco acompañada de la banda?

Siempre que las condiciones me lo permitan iré con banda.

Esta pregunta tiendo a hacerla en la mayor parte de las entrevistas al comienzo de la misma, pero hoy me apetece cerrar este cuestionario con ella. ¿Cuándo comienza a despertar en ti la pasión por la música, y cuáles fueron tus primeros discos y grupos y artistas favoritos? ¿Alguno de esos álbunes y artistas siguen acompañándote en tus escuchas habituales de música?

Dicen que de pequeña pedía la comida cantando, hecho que sorprendía mucho porque siempre he sido muy tímida. Sólo escuchaba la música de la radio. Hasta los 17 no empecé a oír lo que me gustaba realmente, el rock and roll y el country americano. Los músicos que me acompañaban en Cantabria eran mayores que yo y me regalaban mucha música que ellos creían que debía conocer. Unos me pasaban a Rikie Lee Jones, otros a Van Morrison, Alman Brothers, Neil Young… Todos ellos son mis favoritos ahora.

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