Texto: Carlos Molina.
Cuando uno tiene el placer de contactar, aunque sea por mail, con un gran nombre del rock nacional como es José Luís Campuzano "Sherpa", tiene si acaso aún mayor tensión a la hora de preparar una entrevista. Que la misma esté a la altura de las circunstancias. Por eso, mi segunda sonrisa relacionada con Sherpa fue al leer lo siguiente entre sus respuestas: “Muchísimas gracias por tu entrevista y tu interés. Sería de agradecer que algunos entrevistadores tomasen nota de cómo hacer una entrevista como la tuya”. La primera sonrisa había tenido lugar varios días antes al escuchar, y disfrutar mucho, su último trabajo en solitario, el doble “Transfusound”.
Tu tercer disco en solitario se ha hecho esperar, pero cuando ha salido, ha salido a lo grande. De nuevo un doble, y además con enfoque diferente para cada disco. Tampoco es que hayas estado parado últimamente. ¿Cuándo comenzaste a darle vueltas a este nuevo trabajo?
Hace unos años. De hecho, algunas canciones eran candidatas a entrar en “Guerrero en el Desierto”, con eso te digo todo.
¿Tuviste claro desde un primer momento que fuera un doble y, además, con un diferente sonido para cada disco?
No especialmente. Fue surgiendo. Quería meter una canción, luego otra… así hasta que se llegó a veinticinco temas. Quería dar una versión global de mi personalidad como compositor y como letrista. Digamos que este disco es el “Blanco” de Sherpa, como los Beatles hicieron el suyo.
Un nuevo trabajo en solitario que supone un peldaño más en la rampa construida con “Guerrero En El Desierto” y “El Rock Me Mata”/”Sherpa Vivo”. ¿Qué es lo que más recuerdas, y valoras, de esos dos álbumes anteriores?
De “Guerrero en el desierto” tengo buenos recuerdos. De “El rock me mata”, no tantos. Fue un error de planificación volcar toda la energía en el directo y grabarlo en una tarde, en una sala que no reunía condiciones. Sin embargo, los ocho temas en estudio me parecen buenísimos. Ahí tenemos “Ajedrez mortal”, “Yo por ti”, etcétera, que compensaron ampliamente al directo.
Has tenido la posibilidad de realizar sesiones de firmas con los fans, lo que tiene que ser muy especial para un artista con tanto bagaje como tú. ¿Cómo ha ido ese contacto con los seguidores? ¿Percibes que tu público está conformado por varias generaciones, o está más bien definido en alguna franja de edad?
Hay fans de varias generaciones y el contacto siempre es muy gratificante porque la gente me demuestra que me recuerda, que me aprecia y que valora mi trabajo.
El primer CD se abre con la enérgica “Tienes un amigo”, toda una declaración de principios, al igual que “Ya estoy de vuelta”. ¿Consideras que hay mucho artista paripé en la escena nacional, de esos que, como afirmas: “muy de izquierdas dices ser, y desprecias lo burgués, pero amigo, vives en un gran chalet”?
No está en concreto dirigido a los artistas, sino a toda esa gente que va de muy progresista, de muy “izquierda divina”, y luego son pura fachada. Yo los llamo “izquierdistas de boutique”, que ni son solidarios ni cumplen nada de lo que van pregonando, y les gusta el lujo más que a “la Paris Hilton”. Y, además, si te deben dinero nunca te lo pagan, que se me ha dado el caso varias veces.
“Me estoy abrasando” es una pieza que seguro que goza de un gran recorrido en los directos, como la vibrante “Se está haciendo tarde” y su desarrollado solo de guitarra. La contratación de la banda ya está abierta. ¿Qué nos puedes adelantar de la gira de presentación de este nuevo trabajo, qué fechas hay cerradas? ¿Habrá bolo en el País Vasco?
En otoño tenemos pensado presentar el disco en Madrid. Luego, Dios dirá.
Continuamos con el primer CD: “Celoso”, como “Mentalibán”, apuesta por un rock de corte clásico, con interesantes aderezos de vientos y teclados, que dotan hasta de un toque soul al tema. “Homeless” no desdeña retazos raperos para su crítica más visceral del capitalismo… y su sentencia de que el dinero no lo es todo. “En una sepultura” es un medio tiempo donde te sales, al igual que en el cierre de “Tu revolución”… ¡y ese explosivo final! Dos de los cortes más hermosos del doble. Me engancha un montón la descripción de “Amerrica”. “Dr. Freud” apuesta por la experimentación, con rasgos sesenteros a Los Brincos, aires aflamencados, copla, pasodoble… todo ello para desgranar unos años muy concretos, los de tu acercamiento y apuesta por el rock. ¡Fantástica! ¿Puede ser este tu trabajo en solitario más redondo hasta la fecha?
Creo que sí, francamente. Por lo que dices, veo que te has “estudiado” muy bien el disco, lo cual me congratula.
El segundo álbum es muy goloso también, con joyitas como “Calle oscura”. Las atmósferas crecen en “Cuántas veces” o “El viento de la soledad”. Genial el aire sureño de “Como un camión” y “Si me pierdo por ahí”, el desgarro sonoro de “A un amigo” y el slide de guitarra de “Con vosotros”. He leído por ahí que son canciones que te confieren un aire de trovador, y es verdad. ¡E impresionante esa versión de “Eleanor Rigby”! ¿Cuáles son las canciones del disco que percibes que están siendo mejor recibidas por los medios, fans…?
En general, se nombran mucho “Tienes un amigo”, “Se está haciendo tarde”, “Ya estoy de vuelta”, “Calle Oscura”, “Tu revolución”… Pero si entras en los foros de gente que sigue mi trabajo, se ve que gustan prácticamente todos los temas.
Complicado tiene que ser revisitar clásicos de un grupo como Barón Rojo. Por suerte, tú apuestas por dar un aire muy distinto a “Nací pobre” (swing), “You Are Always There” o “Siempre Estás Allí” (orquestal) y "Stand Up" o “Resistiré” (country). ¿Te inspiraba respeto acercarte a estos cortes desde planteamiento tan diferente y acústico?
En absoluto; tenía muchas ganas de hacerlo y me ha supuesto disfrutar.
Por cierto, que en nuestro país no se lleva mucho eso de lanzar dobles. ¿Cuáles son tus álbumes dobles favoritos tanto de grupos y artistas nacionales, como internacionales?
El “Blanco” de los Beatles; el triple de Harrison y poco más, porque yo en realidad no tengo muchos álbumes dobles.
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