The Jayhawks: rock campestre para días lluviosos...

Texto: Txema Mañeru.

No cabe duda de qué para los seguidores del rock americano de raíces, THE JAYHAWKS, se han convertido, desde su formación hace ya casi 30 años, en uno de los indudables clásicos del género. Desde Minneapolis y con su clásico dueto creador, formado por Gary Louris y Mark Olson, más el músico y persona que conseguía equilibrarlos, Marc Pearlman; firmaron una trayectoria magnífica. Su cénit llegó en la década de los 90 tras su fichaje por el sello AMERICAN RECORDINGS de Rick Rubin y la aparición de sus discos más clásicos. Discos que ahora reedita el sello de la mano de UNIVERSAL y convenientemente remasterizados. Junto a ellos, por cierto, también han aparecido todos los primeros discos de sus compañeros de escudería, THE BLACK CROWES, así como los magníficos trabajos finales del gran JOHNNY CASH, también de la mano de Rick Rubin.

Pero centrándonos en THE JAYHAWKS diremos que debutaron el año 1986 con un disco homónimo. Desde esos verdes inicios quedó claro su amor por los sonidos más cercanos al country-rock y a la música americana de raíces. Siempre con su corazoncito pop, que quizás fue lo que posibilitó su éxito comercial, y con algunos destellos psicodélicos cercanos a The Byrds o a primeros espadas del Nuevo Rock Americano como Rain Parade o Green On Red. En el 89 llegó el más que estimable “Blue Earth” que contaba ya con algunas canciones más que potables y que siguen apareciendo en algunos de sus conciertos. Gracias a este disco les conoció el prestigioso productor George Drakoulias, que también hizo producciones de discos clásicos para American Recordings a The Black Crowes, además de buenos discos para, Tom Petty, Screaming Trees y muchos más. El decidió producirles su nuevo disco y fue decisivo para que ficharan por el sello de Rick Rubin. Llegó la hora de la creación con obras mayores y también de su relativo éxito comercial.



“HOLLYWOOD TOWN HALL” (1992)

Disco atemporal que se mantiene intacto en sus muchos valores y que conserva toda su magia. No es extraño que muchos lo consideren como su obra más decisiva. Las notas interiores que se conservan en estas reediciones bien remasterizadas corrían a cargo de otro productor y músico único, Joe Henry. Los temas llevaban ya la firma conjunta de Olson / Louris, pese a que como ocurre con Lennon/ McCartney o Jagger / Richards, siempre se nota cuál tira más hacia uno de ellos y cuál hacia el otro. Tiene un magnífico inicio con “Waiting for the sun”. Buenas guitarras eléctricas, piano y mucho de los mejores Eagles, pese a quien pese. “Two angels” es otro de sus clásicos campestres con esa gran armónica de Mark y esa melodía a dos voces sencillamente magistral. Las guitarras eléctricas campan a sus anchas en “Take me with you (When you go)” sobre ese órgano ácido a lo The Band de Benmont Tench (Tom Petty & The Heartbreakers).Otros session man de lujo como Nicky Hopkins se encargó del piano. En la composición de “Wichita” entró Pearlman y los punteos finales son puro Crazy Horse. ¡Un disco realmente completo y conmovedor!

“TOMORROW THE GREEN GRASS” (95)

Este sí que es en verdad, en mi opinión y en la de muchos más, su auténtica obra maestra. Eso no quita ningún mérito al realmente destacado trabajo anterior. El arranque, con su clásico mayor, el siempre estremecedor y hermoso “Blue”, tiene sólo algo que ver en esto. ¡Redondo e inmortal!. Piano, cuerdas, voces, melodías, acústicas…, todo. Aquí entró como teclista Karen Grotberg, aunque Benmont Tench siguió aportando psicodélicos momentos al órgano. Las guitarras rugían en “Real light” y lo hacían poco antes de la calma folk y el violín de un tema puro Mark Olson como es “Over my shoulder”. Emocionante y melancólico. Además en la batería estaba un “profesional” como Don Heffington. Hacían una de sus pocas versiones y era “ajena” a su background musical aunque hacían que el “Bad time” de Grand Funk Railroad se acercara a los Eagles con su contagioso estribillo. “Ann Jane” es otra íntima preciosidad y el final es de nuevo pletórico con “Ten Little kids” en el que combinaban sabiamente intensos solos con la guitarra eléctrica junto a una sutil pedal steel guitar en otros momentos. También es buena la aportación de Pearlman con la hermosa “Red’s song”. ¡Faltan palabras para describir tan fantástico trabajo!



“SOUND OF LIES” (97)

Varios cambios se produjeron. El primero y más importante, la partida de Mark Olson, agobiado por las presiones del éxito y acudiendo a la ayuda de su esposa enferma, Victoria Williams. Drakoulias dejó también la producción aunque no las brillantes mezclas y Pearlman, lógicamente, participó en algunas composiciones (buenas) más. Sus canciones se hicieron más extensas y hasta 5 de ellas superaban los 5 minutos de duración. No acabó ni su historia ni su calidad. De hecho muchas de las armonías vocales más significativas las firmaban Louris y Pearlman y ahora había más espacio para ello. Entró en la banda Kraig Johnson y Tim O`Reagan compuso un estupendo lento de aires Wilco como “Bottomless cup”. Antes teníamos el precioso e íntimo inicio con piano y cuerdas en “The man who loved life”. Pletóricos y salvajes, además de con emocionantes voces, sonaban en “Think about it”. Otra delicia tranquila es “Stick in the mud” con toque a los mejores R.E.M. Los arreglos en general volvían a ser mágicos. Una prueba las cuerdas en el tema “Sound of lies” que cerraba el disco. ¡Todo era distinto, pero con un Louris inspirado y con la cada vez mayor ayuda de Pearlman, consiguieron un destacado trabajo!

“SMILE” (2000)

Fue algo extraño cómo mucha gente les dio la espalda tras “Sound Of Lies” y más aún, cómo fueron criticados por este “Smile”, algo más “experimental”. No es redondo de principio a fin, pero tiene algunas destacadas canciones. La polémica producción de Bob Ezrin (Lou Reed, Alice Cooper, Pink Floyd) no es lo dañina, que muchos de sus fans más tradicionalistas, quieren ver. Canciones como “Smile” y sus hermosas voces a lo Poco, “What led me to this town”, otra perla acústica de prodigiosas voces; o “Better days” lo convierten en un gran disco que por momentos suena muy cercano a “Hollywood Town Hall”. Sí suenan más pop y los arreglos pueden pecar de empalagosos en temas como “Queen of the world” o “Mr. Wilson”. A cambio tenemos una preciosa balada como “Broken harpoon” y un gran cierre eléctrico con “Baby, baby, baby”. ¡Cómo ves, se pueden sacar bastantes canciones y puntos aprovechables también de este sonriente “Smile”!

“RAINY DAY MUSIC” (2003)

Este séptimo trabajo no hizo más que confirmar la opinión de todo buen seguidor a la mejor música americana. Son y serán una de las más grandes bandas de rock’n’roll, country y folk. Música para días lluviosos excelentemente producida y barnizada por Ethan Jones (Ryan Adamas). Dominan los temas más folkies, acústicos y tiernos en onda cercana a The Byrds o, incluso, a los mejores America. “All the right reasons” o la preciosa “Will I see you in heaven” son claras pruebas de ello. No obstante, guardan algún arranque más rockero a lo Creedence o Neil Young como “Come to the river”. También anidan esos aires pop al estilo de los Wilco de “Summerteeth”. Gary Louris canta mejor que nunca y el resultado final es notable. Colaborando aparecen Matthew Sweet y Jakob Dylan y tiene otros grandes temas como “Angelyne” o “Tampa to Tulsa”. ¡Fresco y jovial todavía 10 años después!

También ha habido muchos interesantes discos en solitario en todo este tiempo, pero el año pasado nos sorprendieron con el regreso de Mark Olson y con muy buenos conciertos, por lo que está abierta la esperanza para un futuro disco que esperemos se acerque a la grandeza de algunos de los aquí comentados. ¡Siempre es un buen momento para escuchar buen rock’n’roll campestre sea lluvioso o no el tiempo!

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