La noche del BBK Live tiene nombre: Police (y hablamos también de Morcheeba, The Dandy Warhols y Fancy). Por Carlos Molina

Para Ainara y servidor, que nos quedamos con las ganas de disfrutar de los veteranos The Police en su bolo de Barcelona meses ha, su visita y triunfo en nuestro botxo ha sido una noticia de lo más alentadora. Había y habrá voces que estimen inoportuna, puramente mercantilista o vacía (artísticamente hablando) esta nueva gira de los británicos. Opiniones tan respetables como las nuestras que decimos: pedazo bolo, señoras y señores. Para pasárselo como un enano.

Lo cierto es que el trío tiene un repertorio detrás como para construir un concierto de larga y disfrutable duración. Pero, aunque evidentemente siendo un festival tampoco podían llevarlo a cabo, lo cierto es que Sting y compañía construyeron una actuación calculada para dar al respetable lo que anhelaba esa noche: un gran bolo.

Caían algunas gotas a eso de las 23:20 horas, y cuando ya nos temíamos lo peor (lo que pasó el sábado, vaya, que cayera un chaparrón de agárrate y no te menees), el señor Copeland decidió adelantar diez minutos la salida de la banda y, bajo un magistral dominio de la batería, ahuyentó casi al instante la lluvia. Comenzó arrollador el combo, ejecutando dos de sus hits, Message in a Bottle y Walking on the Moon, ante el jolgorio generalizado. Un inagotable Copeland, un Sting embutido en una fina y ajustada camiseta negra (motivo de admiración para la mayor parte de sus fans) y un Andy Summers con pinta más académica tenían ya ganado al respetable. ¿Era eso suficiente? No.

Sting jugó con el público, pidiéndole palmas y coros en un más que correcto castellano. Disfrutó con sus compañeros, en especial con un Summers al que dedicó más de una divertida mirada en plan: “¿qué vas a hacer?”, pero que nadie se equivoque. Apenas hubo interrupciones entre tema y tema más allá de los habituales agradecimientos y presentaciones. El grupo fue a piñón fijo, intercalando éxito tras éxito, y la fórmula les salió estupendamente.

A lo largo de cien minutos -ida y vuelta al escenario en los bises incluidos-, el trío británico rescató piezas como When the world is runnig down o Every little thing she does is magic, intercalando en los últimos pasajes del espectáculo joyitas como De do do do, Can't stand losing you y la esperada e inmortal Roxanne, con la que dijeron su primer adiós, aunque la despedida definitiva llegó con King of Pain, la animosa So Lonely, una Every breath you take que provocó más de un abrazo y beso entre las parejas y una vibrante Next to you, colofón de lujo para uno de los conciertos del año no sólo en Bilbao, sino en nuestro país.

Antes de la actuación de The Police, para la que nos hicimos fuertes desde un par de horas antes de que comenzara el concierto en una de las primeras filas, pudimos contemplar la actuación bailable pero algo floja de dinamismo de Morcheeba, que presentaban su nuevo disco, Dive Deep, que navega por las mismas aguas de siempre (trip-hop, soul, dub, detalles pop…). Agradable. Los fallos de sonido y una cierta indolencia quitaron gas al directo de The Dandy Warhols, que levantó el vuelo, eso sí, con la televisiva Bohemian Like you. Más enérgica y sorprendente fue la presencia del combo francés Fancy, capitaneado por uno de los componentes de Rinocerose, Jessie Chaton (qué voz, por cierto, peculiar donde las haya), recién salido de un viaje psicotrónico glam setentero. Y es que mucho de eso (de glam, vamos) hay en esta banda gala, que también abraza el rock y los ritmos funkies en una combinación efectiva, vitamínica y bizarra, todo hay que decirlo. Su último disco data de 2007 y se titula King of the Wolds. Ni qué decir tiene que le vamos a seguir la pista. Al disco y al combo.

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