Liam Gerner, Eef Barzelay y Jason Isbell: "Una buena velada que pudo ser algo más". (Por Cuper Doval)
Aplazada la gira europea de Drive by Truckers, los seguidores de la banda de Georgia tuvieron un relativo consuelo en la visita de su ex guitarrista Jason Isbell, que acudió el viernes 25 de abril al Kafe Antzokia bilbaíno para presentar su primer trabajo en solitario. Floja entrada sin embargo para ver al que fuera para muchos responsable del resurgimiento de la banda de Patterson Hood, que llenó el mismo recinto en su última visita.
Abrió la velada el simpático cantautor australiano Liam Gerner ante un escasísimo público, parte del cual se aposentó sobre las escaleras del escenario para disfrutar de su breve e intimista set en el que combinó folk y blues. Más interesante por lo ecléctico y personal de su propuesta resultó la actuación de Eef Barzelay, líder de los desaparecidos Clem Snide. El guitarrista, de aspecto frágil y movimientos autistas, apareció en escena con la única compañía de su guitarra y de un tipo a la percusión y el slide en algunos temas. Realizó un repertorio intenso e hipnótico que se desinfló en la parte final, quizás por la excesiva duración de su actuación.
Tras una breve espera, Jason Isbell subió al escenario ante una audiencia ávida de rock and roll tras un par de actuaciones interesantes pero faltas de “high energy”. Bien escoltado por The 400 Unit, el rubio guitarrista presentó los temas de su debut “Sirens of the ditch” y demostró que es un gran intérprete y compositor, si bien algo reiterativo y falto de empuje sin la compañía de los Truckers. Lo mejor de la noche resultaron ser, como era de esperar, los temas de su época con los “camioneros” (cayeron “Decoration Day”, “Outfit”, “Goddamm lonely love” y “Never gonna change”, que cerró el concierto por todo lo alto) y, sorprendentemente, las versiones (de Talking Heads y Tom Petty), que lograron calentar un show, en líneas generales, algo frío.
Abrió la velada el simpático cantautor australiano Liam Gerner ante un escasísimo público, parte del cual se aposentó sobre las escaleras del escenario para disfrutar de su breve e intimista set en el que combinó folk y blues. Más interesante por lo ecléctico y personal de su propuesta resultó la actuación de Eef Barzelay, líder de los desaparecidos Clem Snide. El guitarrista, de aspecto frágil y movimientos autistas, apareció en escena con la única compañía de su guitarra y de un tipo a la percusión y el slide en algunos temas. Realizó un repertorio intenso e hipnótico que se desinfló en la parte final, quizás por la excesiva duración de su actuación.
Tras una breve espera, Jason Isbell subió al escenario ante una audiencia ávida de rock and roll tras un par de actuaciones interesantes pero faltas de “high energy”. Bien escoltado por The 400 Unit, el rubio guitarrista presentó los temas de su debut “Sirens of the ditch” y demostró que es un gran intérprete y compositor, si bien algo reiterativo y falto de empuje sin la compañía de los Truckers. Lo mejor de la noche resultaron ser, como era de esperar, los temas de su época con los “camioneros” (cayeron “Decoration Day”, “Outfit”, “Goddamm lonely love” y “Never gonna change”, que cerró el concierto por todo lo alto) y, sorprendentemente, las versiones (de Talking Heads y Tom Petty), que lograron calentar un show, en líneas generales, algo frío.
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