Atom Rhumba+3 Delicias: "¡Hasta luego, Rumberos!" (Por Txema Mañeru)


El ambiente y la expectación eran de los de las grandes ocasiones. No en vano los Atom Rhumba son una de las bandas más míticas en activo del rock’n’roll vasco y tienen en el Kafe Antzokia, uno de su templos sagrados. Se agotaron todas las localidades, quizás en parte ayudados por la rumorología que señalaba el bolo como último concierto de la formación o al menos la despedida de la actual formación, la mejor con la que han contado hasta la fecha las huestes de Rober!. Un Rober! que una vez más se erigió como motor de un sexteto con categoría internacional como han demostrado con sus giras y su labrado prestigio en Francia o Japón. Además, dada la importancia del evento para ellos se acompañaron del Sindicato Del Metal, una sección de viento triple que insuflo nuevos aires (mayormente negroides) a varios temas (quizás demasiados) y así respaldó la cada vez más importante labor de Joe con el saxo y el clarinete.

Abrieron con rock pantanoso y cadencioso en la estela del rock australiano de Beasts Of Bourbon y de los añorados The Gun Club de Jeffrey Lee Pierce. Presentaron temas de toda su andadura (cinco discos en una década ya de dura lucha por la supervivencia) con especial hincapié para su último y mejor trabajo, "Amateur Universes" (Oihuka). El título del disco hace alusión a su verdadero problema. Es triste como un grupo de talla y directo internacional no pueda dejar de ser amateur. Sus tablas, sus temas, sus discos, su imagen, su postura vital, su entrega, todo es profesional, pero no pueden vivir de ello como seguro lo harían si fueran de algún lugar "civilizado" y con un mínimo de sensibilidad por el rock’n’roll.

Luego subió la gradación rockera y la cosa se calentó hasta cotas muy altas y con un público totalmente entregado a la causa. Como la actuacion era especial comenzaron a tomar portagonismo los muchachos del Sindicato del Metal con destellos funk y soul que hicieron bailar al respetable. Con ello se ganó en matices pero se perdió algo en intensidad rockera y en espontaneidad. Los bises fueron extensos y en ellos las luces estroboscópicas nos transportaron por momentos a lugares maravillosos repletos de buen y atemporal rock’n’roll. Rockabilly, punk, The Contortions, soul, The Clash, funk. Todo para finalizar con la inevitable "Funky town", larga, caliente e intensa para poner colofón a más de 2 horas de gran música. Esperamos y deseamos que sólo sea un punto y seguido. De lo contrario sería una gran pérdida.

Previamente el trío madrileño Tres Delicias deleitó y calentó el ambiente con sucias guitarras, trepidante batería en gallumbos y eufóricos gritos a la manera de los primeros White Stripes o los Dirtbombs. Garage y punk frenético y divertido.

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